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FICCI

INVITADOS ESPECIALES

2017

Apichatpong Weerasethakul

Cada película de Apichatpong Weerasethakul invita a su espectador a un viaje en distintas direcciones y con consecuencias inciertas. En él, en sus películas, coinciden los dos grandes modelos arcaicos de narrador que distinguió Walter Benjamin: el marino que viaja por los océanos del mundo, y que regresa sobrepasado por lo que vio hasta el punto de necesitar, a todo costa, contarlo, y el campesino sedentario que ha acumulado una experiencia intensa e invaluable, de tanto observar siempre lo mismo. En los dos casos, el narrador cumple un papel central en la comunidad a la que pertenece. Es el garante de la continuidad de una tradición, es decir, de su perpetua renovación.

Su obra artística evidencia una compenetración profunda como la del campesino sedentario con los distintos niveles en que una cultura toma posesión del mundo. Desde las formas más cotidianas del conocimiento que se expresan en los saberes más necesarias para la prolongación de la vida, como la medicina o la gastronomía.

Denis Lavant

Ni sus personajes, ni sus directores le han temido al desorden, no solo de las historias, sino de sí mismos. Holy Motors, sin duda, es una película que condensa la presencia actoral de Lavant y su relevancia en el cine. Monsieur Oscar cambia, transmuta en cada una de sus citas, que cumple rigurosamente por la simple belleza del gesto. Es el cuerpo como centro estable y mutable de la representación que conduce, no solo al actor, sino a la película misma. Una única verdad parece dejar este film, en una era donde el artificio está incorporado a la realidad: la presencia de un cuerpo, del cuerpo de un actor, es lo que permanece estable en la imagen.

Inspirador e imborrable, este actor esencial, emotivo y a la vez dotado de enormes posibilidades técnicas que ha bebido de las tradiciones de la comedia muda, la acrobacia, la danza o el arte callejero, se ha caracterizado por un riguroso cuidado a la hora de escoger sus trabajos, los cuales vive de una manera intensa que solo siendo así pueden haber logrado penetrarnos de manera tan fuerte. Como a todo gran artista, a Denis Lavant nada de lo humano le es ajeno, y gracias a esa generosidad ha ampliado en nosotros las fronteras de la ternura, el deseo, el misterio y sobre todo la belleza.
El tributo a la Lavant y su presencia en Cartagena es posible gracias al apoyo de Francia-Colombia 2017, la Embajada de Francia, Institut Francais y Unifrance.

Vincent Cassel

Cuando Vincent Cassel retira su mirada dura, su expresión de hombre rudo capaz de derribar al enemigo a puñetazos y deja asomar su media sonrisa, es fácil imaginarlo de niño, escudriñando con sus ojos azules y su gesto travieso a su padre, el también actor y bailarón Jean-Pierre Cassel, disfrazado y bailando feliz en casa, empujándole inconscientemente a amar el oficio que le ha acompañado durante toda su vida. Quizás ese hechizo fue el que le impulsó a tomar clases de danza y circo y el que lo llevó luego a estudiar arte dramático en París y en el Actor´s Institute de Nueva York.

Carismático, inquieto, impetuoso, intuitivo, pura energía en el set, amante del surf, padre y sobre todo actor, así es en una pequeña parte, Vincent Cassel, porque celoso de su vida privada, como siempre ha sido, conocemos de Cassel lo que sus personajes nos cuentan. En unos hay más de él, en otros menos, pero en todos está siempre presente la misma pasión, el mismo respeto por el oficio y el mismo deseo por dar un paso hacia alguna dirección diferente, y ojalá controvertida.

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