Es una película con una gran variedad de elementos, simbolismos y situaciones que mantienen al espectador entre el documental que sigue la producción y la recreación de La transformación de Canuto. El ejercicio comunitario involucra a todos los vecinos, desde los mayores que cuentan las historias sobre Canuto, un hombre que hace muchos años sufrió la temida transformación en jaguar y luego murió trágicamente, hasta los actores que le dan vida a los personajes. Existe en los realizadores una fuerte conexión con su historia porque resignifica la vida de su ancestro y al mismo tiempo le da un sentido a su espiritualidad. Las relaciones de amistad y cooperación dan como resultado una producción audiovisual pero también a una nueva generación gestada en los días de rodaje. La culminación de la película con un doctor requiriendo respuestas científicas y un representante del pueblo guaraní dejando en claro su postura: que ellos no necesitan justificar ni dar explicaciones sobre un hecho del que ellos son testigos. Dando a entender que la ciencia no entendería como un hombre se transforma espiritualmente. Este trabajo no sólo muestra el esfuerzo de los realizadores por explotar su creatividad y talento, sino sus dudas y vulnerabilidad, situaciones que superan apoyándose entre ellos.

Leiqui Uriana