GUSTAVO VINAGRE

Música para los ojos, Parte 2

Gustavo Vinagre (1985), galardonado cineasta brasileño, ha escrito y dirigido más de 14 cortometrajes y seis largometrajes. Su ópera prima Nova Dubai (Brasil 2013, 50 min) ganó el premio a la mejor ópera prima en el FICCI 2015. Nueve años después, el festival muestra una selección de su obra a modo de retrospectiva.

En Nova Dubai, un proyecto inmobiliario a gran escala del mismo nombre amenaza el espacio vital de un grupo de amigos de clase media. Protestan contra la especulación inmobiliaria, la gentrificación y la pérdida de sus hogares y lugares de infancia practicando sexo en los edificios que van a ser demolidos. Aquí -como en otras de sus películas- el director también aparece como intérprete. El sexo como expresión de rebeldía y resistencia: Las películas de Vinagre yuxtaponen lo privado y lo político, explorando sus polos. De este modo, contextualiza lo íntimo y lo público, desdibujando las fronteras. ¿Qué es realmente la pornografía? ¿Qué es la obscenidad? ¿Es el encuentro de dos amantes, o más bien edificios antiestéticos, engendros del capitalismo en detrimento de la humanidad? Una cosa es irrefutable en la obra de Vinagre: sus películas son siempre provocativas.

En su ópera prima, sienta las bases que manifiestan el perfil de su obra posterior: ¿qué es real y qué es ficticio? De este modo, Vinagre es también un cruzador de fronteras entre la ficción y la forma documental, un maestro de la confusión: se trata de una declaración política en la que el director siembra la duda permanente. Una vez más, la fuerza de sus películas reside en el tema de la diversidad: De forma significativa, Vinagre explora la queerness y aborda diversas identidades de género. Al mismo tiempo, el cruce de fronteras entre ficción y documental es un claro indicio de la existencia de innumerables y diversas verdades, no de una sola. Esta actitud se corresponde con la identidad del FICCI: la libertad de opinión, así como la diversidad de percepción, no son unilaterales ni unidimensionales, sino multicapa con varias facetas.

En Os cuidados que se tem com o cuidado que os outros devem ter consigo mesmos (Brasil 2016, 21 min), Vinagre traslada la acción por completo a la esfera privada: el escenario es un apartamento en el que se alojan cuatro amigos. Por cierto, la vida interior de los apartamentos se ha convertido en un elemento recurrente en la obra de Vinagre. «No vamos a salir del piso, aquí tenemos todo lo que necesitamos», anuncia despreocupadamente uno de los protagonistas. Otro elemento recurrente en la obra creativa del cineasta se manifiesta aquí: la música. El título de este texto – «Música para los ojos»- adquiere aquí incluso un doble sentido, ya que la música utilizada en la trama provoca lágrimas en los protagonistas, mientras que la música entra en la habitación. El llanto tiene lugar en privado, pero las causas de las lágrimas son políticas: se encuentran más allá de este cosmos cerrado, en la dureza y la incomprensión de la sociedad, fuera de la puerta del apartamento.

De hecho, las camas también son protagonistas recurrentes en las películas de Vinagre – una de ellas también se utiliza en el cortometraje de ficción Cachorro (Bitch, Brasil 2017, 15 min). Poco antes, el protagonista, Marcelo, ha sido abandonado por su novio, que no responde a sus mensajes. En un intento desesperado por llamar su atención, pone en peligro la vida de su perra.

El documental Monumento au wi-fi (Brasil 2020, 14 min), realizado durante la pandemia de coronavirus, es una película relativamente poco vista de la obra del director: una película como una carta transformada visualmente. Estéticamente rica en variedad y ahora con una cámara en movimiento, la película utiliza una voz en off para reflexionar sobre las condiciones y experiencias durante la pandemia – aquí, también, la música se manifiesta como una característica constante al final.

Las películas de Gustavo Vinagre son también como camas que iluminan y contemplan lo íntimo y privado, elevándolo así a un nivel político – con edredones metafóricos como nubes en las que los sueños aún son posibles.

Ansgar Vogt