Una compra por internet pone en las manos de la directora una vieja cinta de 16 mm de contenido sorpresa. Son 19 minutos de grabaciones de los años 60 que parecen remitir a Sudáfrica y los años del Apartheid. Parques naturales, fragmentos “etnográficos” de habitantes originarios y colonos. Un contraste entre la vida de blancos y negros que propicia una apasionante búsqueda por internet para desentrañar los secretos que la cinta muda esconde. No hay necesidad de grandes recursos cinematográficos, entrevistas, ni disertaciones en off. El material encontrado y los hallazgos levantados, uno a uno, a través del buscador y de distintos sitios en internet, son suficientes para construir un relato tan poderoso y diciente en su contenido, como apasionante en su formato casi que de thriller detectivesco. La magia de la edición y una desconcertante banda sonora construyen el resto. Filme particular hace honor perfecto a su título no sólo por la naturaleza misma de la película, su formato, sus fuentes y su estilo narrativo, sino por la manera como combina lo observacional, en la cinta encontrada, con una intervención directa y a la vez, y de algún modo, sui generis, para construir un relato crítico sobre una de las épocas más inhumanas de la historia reciente. ¿Podría esta película haberse hecho en un mundo sin internet? ¿Con qué costo? ¿Necesitando cuánto tiempo? Un filme tan particular como imperdible que pone sobre la mesa aspectos desconocidos del Apartheid y alimenta el debate sobre las nuevas posibilidades de investigar y narrar.