Que Sara estalle es una cuestión de tiempo. Su rutina en el pequeño pueblo en el que pasa los días ayudando a sus padres en la carnicería familiar, bajo los reproches de la madre, la permisividad del padre y las burlas del hermano menor, se vuelve más densa ahora que ha llegado el verano. La piscina, la poca ropa y las citas, la exponen aún más al bullying que hace tiempo sufre. Para esas chicas populares del pueblo, ella es la Cerdita, alguien a quien grabar para exhibir en redes, alguien a quien vejar, de quien reírse en público y a carcajadas. Hasta que un día, la llegada de un hombre misterioso que pretende convertirse en su salvador, cambia radicalmente las reglas del juego, pero lo vuelve especialmente sangriento. El secuestro de las maltratadoras, pondrá a Sara en una difícil disyuntiva: denunciar o hacer parte. La venganza o la posibilidad de algo parecido a la compasión y el perdón, son ahora los dos tortuosos caminos por los que transitar la difícil adolescencia en la búsqueda de una voz propia. Entre algo parecido a un telón de fondo costumbrista entre el paisaje extremeño, el humor negro, el terror y una dosis de psicosis angustiante, se mueve esta originalísima película que le valió, con justa razón, el Goya como actriz revelación a su inolvidable protagonista.