El 11 de marzo del 2011 Japón vivió el mayor terremoto de su historia reciente. Más de 15.000 personas murieron en una catástrofe natural que rondó los 9 grados de magnitud y que sacudió por seis minutos, incluso, el eje de la tierra moviéndolo varios centímetros de su posición original y acortando, desde ese entonces, los días en 1,8 milisegundos. El tsunami posterior se presentó con olas de más de 5 metros y asoló pueblos enteros con una violencia que llegó hasta el territorio americano. El equilibrio natural y la vida, nunca volvió a ser cómo hasta ese entonces se había conocido. Con una fotografía fascinante All of our Heartbeats are Connected Throug Exploding Stars se sumerge en las aguas del Pacífico y recorre las montañas cercanas a la costa, precisamente para conectar la historia de las distintas formas de vida, animales, vegetales, humanas. Desde los ecosistemas autóctonos a los recorridos buceando que Yasu hace para conectarse con una esposa que, sabe, quedó sumergida para siempre en esas aguas, desde el análisis científico que pone sobre la mesa patologías que solo sufren las mujeres como el síndrome del corazón roto a las cartas que periódicamente Sachiko escribe a su esposo… La fascinante calma que la película transmite en medio del dolor que narra, convierte a esta ópera prima en un relato realmente bello y fascinante sobre las distintas maneras conectadas que la vida encuentra para sobreponerse a la tragedia.