FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE
DE CARTAGENA DE INDIAS CARTAGENA, COLOMBIA

Pese a ser apenas un niño, Hatzin viaja solo al norte de México a reclamar los restos de su padre. Ya de regreso a casa, sosteniendo entre sus brazos la caja con los huesos y aferrado a un viejo documento con una foto, cree verlo en una calle del pueblo. Convencido de que le entregaron los restos por error y que su padre sigue vivo, decide abordarlo y preguntarle abiertamente. El señor niega ser quien Hatzin dice, pero Hatzin se niega, a su vez, a creerle y se obstina en permanecer a su lado. Poco a poco entre los dos se formará un vínculo que lleva a Hatzin a descubrir los secretos más turbios del trabajo en las maquilas. Con La caja, Vigas regresa a un tema que ya le valió en León de Oro en Venecia (Desde Allá, 2015), el de la paternidad, pero esta vez lo hace preguntándose por lo que estamos dispuestos a hacer, como hijos, por no sentirnos huérfanos. Si el señor miente para ocultar algún secreto o si Hatzin se aferra a la verdad que quiere creer, es la trama de fondo que guía esta película articulada a través de varios giros dramáticos, y desenvuelta, lejos de todo sensacionalismo, en el más duro y despiadado de los mundos. Espléndidamente actuado, La caja es un filme a medio camino entre el retrato sociológico de todo un continente y el psicológico de varias generaciones criadas en ausencia de una figura paterna.